Aquí, al nordeste de la provincia de Cáceres, en la falda sur de Gredos y paralela al río Tiétar; aquí donde fructifican variados frutos subtropicales; donde los colores de la naturaleza están en permanente cambio; aquí donde el águila o el mirlo, el martín pescador o la trucha, la cabra montés o la nutria, comparten territorio; donde el oído puede deleitarse con las mil sinfonías del agua; aquí donde el olfato se ve sorprendido por olores desconocidos, tanto de la propia naturaleza como de las plantaciones de tabaco o pimiento; donde el pimentón el mejor del mundo, como ya sabe sazona los guisos; aquí donde la piel se reconforta en contacto con el agua serrana en los días estivales; aquí, queridos amigos, está La Vera.
Pues sí, aquí está, para lo que guste; y si no le importa estar boquiabierto desde su llegada hasta su ida, este es el sitio.
La Veraexiste, le dijeron un día a un emperador, al último gran emperador, al Emperador Carlos. Había barajado ser enterrado en Flandes, o en Granada si moría en territorio hispano..., cambió de opinión y eligió La Vera, pero pensó que lo de morir no entraba de momento en sus cálculos: vendría en vida, a pasar sus últimos años.
Retiro Imperial fue el pequeño Paraíso que evidentemente era y es La Vera. Uno se imagina al Paraíso sin límites, con los “usuarios” disfrutando de paseos sin fin, con paisajes idílicos, bosques, cascadas...Eso, en plan terrenal, lo tenemos aquí, en La Vera.
Pues sí amigos, el Paraíso de La Vera existe, y no podemos ser tan egoístas de querer disfrutarlo sólo nosotros. Queremos que –cambiando querubines y bienaventurados por visitantes– y aunque no sea por toda la Eternidad, aunque sólo sea por dos o tres días, vengan a conocer este pequeño paraíso. Seguro que volverán.
En La Vera la naturaleza está en permanente eclosión, y no sólo en primavera, por un microclima benefactor. Aquí podemos encontrar en abundancia el castaño, el roble y el cerezo. También veremos con frecuencia la palmera subtropical, el naranjo, los cultivos de tabaco, pimiento, frambuesa o kiwi.
Las nieves de Gredos están presentes durante varios meses al año, pero las temperaturas son suaves en invierno, por la pantalla que forma la montaña a los fríos vientos del norte; en verano también son suaves por la cercanía de Gredos y por la vegetación. El agua, siempre está presente en forma de gargantas, que conforman bellísimos lugares y paisajes.
Esta zona del noreste de Cáceres es tan bella que el emperador que reinó sobre más territorios del mundo, decidió pasar el último tramo de su vida en La Vera. Hablamos de Carlos I de España y V de Alemania, quien se retiró al palacio que hizo construir adosado a un monasterio de frailes, el Monasterio de Yuste, cerca de Cuacos de Yuste.
El Emperador Carlos, buscó un “imperial entorno” y en La Vera lo encontró. Aquí se vino con el disfrute asegurado de los sentidos.
La Vera es quizás la comarca con más gargantas de la península. A media altura, el promedio de distancia entre ellas es inferior a 4 Kms. Cinco de sus poblaciones han sido declaradas Conjunto Histórico Artístico. Numerosos monumentos, bellísima arquitectura popular, sorprendente naturaleza. Échele un vistazo. ¡Asómese a La Vera y verá lo que es bueno!