Hay que decir que la Granadilla cacereña a la que nos estamos refiriendo se llamó durante la Edad Media hasta que la conquista del Reino de Granada por los Reyes Católicos Isabel y Fernando en 1492 hizo conveniente la modificación del nombre para no caer en confusiones.
De Granadilla interesan muchas cosas. En primer lugar diremos que nos atrae el que sea una población amurallada (muralla de origen almohade) y cuya cerca de mampostería de forma circular se conserva en buen estado, incluyendo la puerta que hemos citado. También es muy agradable el paseo por sus calles "de pueblo" recuperadas y remozadas.
Atractivo es, sin duda, el aspecto de la población rodeada por las aguas del Pantano de Gabriel y Galán, en otros tiempos campos de labor.
En el plano monumental hay dos edificios importantes, la Torre y la iglesia parroquial.
La torre también llamada castillo de Granadilla se cree que fue construido en el último cuarto del siglo XV por el primer Gran Duque de Alba, Don Fernando Álvarez de Toledo, junto a la muralla, posiblemente sobre las ruinas de alguna fortificación musulmana anterior.
Llama la atención la esbeltez, perfecta simetría de formas y la fábrica de sillería en que se erigió. No cabe duda de que todo ello fue posible gracias al trabajo de un gran arquitecto.
Su planta es polilobulada como consecuencia de la unión de una torre cuadrada central a la que se adosan en cada cara un donjón semiciíndrico.
En alzado e este castillo de Granadilla muestra cuatro plantas o estancias: sótano con aljibe y mazmorras, dos plantas para ser habitadas y la superior como sala de armas.
Los cuatro donjones periféricos muestran el mismo alzado de pisos y todas sus estancias se comunican con la torre prismática central.